domingo, 13 de enero de 2013

Diez cosas que los hombres no entienden de las mujeres


Está claro que los hombres no piensan igual que las mujeres. Por lo tanto, los pensamientos, los sentimientos y la manera de percibir la vida y una relación son completamente diferentes. Para pasar en limpio diferentes aspectos cotidianos que ellos no comprenden de ellas, Agustín Aguirre redactó para RevistaOHLALA.com 10 pensamientos de los varones ante consultas femeninas.
 “Me pongo linda para mí”: Estas palabras son el ancho de espadas contra el que los hombres no podemos combatir. “Pero si te gusta estar linda, ponete así para ver la tele conmigo”, pensamos mientras ella abandona la casa para ver a sus amigas. Simplemente no lo creemos, no lo entendemos, porque los hombres no queremos vernos lindos para nosotros, nos queremos ver lindos para ellas.
“¿Te gusta mi nuevo corte?”: Nunca entendí por qué las mujeres no entienden que los hombres solos distinguimos pelo largo de rapado. Si estás rapada nos damos cuenta, y si tenés el pelo por la cintura también. Mas allá de eso es un oasis de perdición en el que no distinguimos absolutamente nada.
“Me dijo mamá que…”: ¿Qué te dijo tu mamá hoy? Si tu mamá es divorciada y no consigue novio desde el 98, ¿qué consejo puede darte? Y vos insistís en hacerle caso, como si ella fuese la fuente inagotable de sabiduría. Nunca vamos a entender por qué la madre representa un papel tan importante. En todo caso, pensamos maldades que no decimos y asentimos como dominados haciéndonos los interesados en el tema.
“¿Te pasa algo que estás tan callado?”: No, linda. Si me pasara algo estaría gritando y destruyendo todos los muebles de la casa. El tema es que me pasan tan pocas cosas que no tengo nada para decir. ¿Por qué las mujeres interpretan el silencio como un castigo en el que tienen que estar en la esquina de la casa mirando contra la pared?
“Es un amigo”: No, no y no. No es un amigo. Nadie es un amigo. Tu amigo solo está esperando que te pelees con tu pareja para poder consolarte y agarrarte débil. Nadie que sea heterosexual es un amigo, solo es una noche de sexo en diferido que no se concreta de momento porque tu novio está a tu lado.
“Vamos al baño”: ¿Qué pasaría si un hombre le dijese a otro “¿Me acompañas al baño?” Ya lo sabemos. Pero las mujeres tienen el permiso y el pasaporte atinado para poder decidirlo frente a nuestras narices. No sabemos por qué van al baño juntas, no lo entendemos, pero lo que sí sospechamos es que es porque tienen que hablar mal de nosotros.
“No”: Se nos hace imposible comprender por qué las mujeres le dan mas valor al no que al sí. Y esto es una verdad absoluta. Si a un hombre lo encara la mujer más fea del mundo frente a sus amigos, casi por obligación tiene que estar con ella. Sin embargo, las mujeres prefieren decirle que no a cualquier hombre que se le arrime si están con sus amigas, ya que le dan mucho más importancia al no que al sí.
“Es toda de plástico”: Los hombres somos mirones, al igual que las mujeres, y si algo nos llama la atención son las curvas perfectas y pronunciadas. No queremos saber si son de mentira o de verdad, para nosotros son reales porque existen. Sin embargo, las mujeres suelen decir: “Pero está toda operada. Esta hecha de plástico” . Y sí, mi amor, pero no la queremos para hacer un asado.
“Dame la mano”: Luego de varios años de pareja, los hombres tendemos a sentirnos con un poco de claustrofobia, pero muchas veces nuestras novias nos dicen que “estamos en la etapa más madura de la relación”, algo que nunca entendemos. Hablan de la relación como si fuese un tercero. Pero la cuestión es que nos gusta caminar por la calle sin ir de la mano, nos sentimos libres, disponibles y con derecho a mirar. Llega un momento en el que finalmente le preguntamos a nuestra pareja mientras caminamos por la calle: “¿Vos vas para lo de mis viejos también? Bueno, genial, entonces soltame que no me voy a ningún otro lugar” .
“Ya no me besas como antes”: Los hombres somos en una primera etapa de la relación unos caballeros virtuosos y esmerados. Damos los mejores besos, las acompañamos a casa y hacemos los mejores regalos. Con el correr del tiempo, comenzamos a estancarnos y a sentir que aunque no lo hagamos, ella seguirá queriéndonos. Los besos apasionados los damos solo cuando buscamos sexo. Sin embargo, ustedes los quieren en el cine, en el restaurante y también solo por besarse, algo que nosotros no entendemos, ya que tenemos la cabeza atrofiada y no distinguimos amor de sexo.


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