Está
claro que los hombres no piensan igual que las mujeres. Por lo tanto, los
pensamientos, los sentimientos y la manera de percibir la vida y una relación
son completamente diferentes. Para pasar en limpio diferentes aspectos
cotidianos que ellos no comprenden de ellas, Agustín Aguirre redactó para RevistaOHLALA.com 10 pensamientos de
los varones ante consultas femeninas.
“Me
pongo linda para mí”: Estas palabras son el ancho de espadas contra el que
los hombres no podemos combatir. “Pero si te gusta estar linda, ponete así para
ver la tele conmigo”, pensamos mientras ella abandona la casa para ver a sus
amigas. Simplemente no lo creemos, no lo entendemos, porque los hombres no
queremos vernos lindos para nosotros, nos queremos ver lindos para ellas.
“¿Te gusta mi nuevo corte?”:
Nunca entendí por qué las mujeres no entienden que los hombres solos
distinguimos pelo largo de rapado. Si estás rapada nos damos cuenta, y si tenés
el pelo por la cintura también. Mas allá de eso es un oasis de perdición en el
que no distinguimos absolutamente nada.
“Me dijo mamá que…”:
¿Qué te dijo tu mamá hoy? Si tu mamá es divorciada y no consigue novio desde el
98, ¿qué consejo puede darte? Y vos insistís en hacerle caso, como si ella
fuese la fuente inagotable de sabiduría. Nunca vamos a entender por qué la
madre representa un papel tan importante. En todo caso, pensamos maldades que
no decimos y asentimos como dominados haciéndonos los interesados en el tema.
“¿Te pasa algo que estás tan callado?”:
No, linda. Si me pasara algo estaría gritando y destruyendo todos los muebles
de la casa. El tema es que me pasan tan pocas cosas que no tengo nada para
decir. ¿Por qué las mujeres interpretan el silencio como un castigo en el que
tienen que estar en la esquina de la casa mirando contra la pared?
“Es un amigo”:
No, no y no. No es un amigo. Nadie es un amigo. Tu amigo solo está esperando
que te pelees con tu pareja para poder consolarte y agarrarte débil. Nadie que
sea heterosexual es un amigo, solo es una noche de sexo en diferido que no se
concreta de momento porque tu novio está a tu lado.
“Vamos al baño”:
¿Qué pasaría si un hombre le dijese a otro “¿Me acompañas al baño?” Ya lo
sabemos. Pero las mujeres tienen el permiso y el pasaporte atinado para poder
decidirlo frente a nuestras narices. No sabemos por qué van al baño juntas, no
lo entendemos, pero lo que sí sospechamos es que es porque tienen que hablar
mal de nosotros.
“No”: Se nos hace
imposible comprender por qué las mujeres le dan mas valor al no que al sí. Y
esto es una verdad absoluta. Si a un hombre lo encara la mujer más fea del
mundo frente a sus amigos, casi por obligación tiene que estar con ella. Sin
embargo, las mujeres prefieren decirle que no a cualquier hombre que se le
arrime si están con sus amigas, ya que le dan mucho más importancia al no que
al sí.
“Es toda de plástico”:
Los hombres somos mirones, al igual que las mujeres, y si algo nos llama la
atención son las curvas perfectas y pronunciadas. No queremos saber si son de
mentira o de verdad, para nosotros son reales porque existen. Sin embargo, las
mujeres suelen decir: “Pero está toda operada. Esta hecha de plástico” . Y sí,
mi amor, pero no la queremos para hacer un asado.
“Dame la mano”:
Luego de varios años de pareja, los hombres tendemos a sentirnos con un poco de
claustrofobia, pero muchas veces nuestras novias nos dicen que “estamos en la
etapa más madura de la relación”, algo que nunca entendemos. Hablan de la
relación como si fuese un tercero. Pero la cuestión es que nos gusta caminar
por la calle sin ir de la mano, nos sentimos libres, disponibles y con derecho
a mirar. Llega un momento en el que finalmente le preguntamos a nuestra pareja
mientras caminamos por la calle: “¿Vos vas para lo de mis viejos también?
Bueno, genial, entonces soltame que no me voy a ningún otro lugar” .
“Ya no me besas como antes”:
Los hombres somos en una primera etapa de la relación unos caballeros virtuosos
y esmerados. Damos los mejores besos, las acompañamos a casa y hacemos los
mejores regalos. Con el correr del tiempo, comenzamos a estancarnos y a sentir
que aunque no lo hagamos, ella seguirá queriéndonos. Los besos apasionados los
damos solo cuando buscamos sexo. Sin embargo, ustedes los quieren en el cine,
en el restaurante y también solo por besarse, algo que nosotros no entendemos,
ya que tenemos la cabeza atrofiada y no distinguimos amor de sexo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario