“Los huevos me dan miedo,
algo más que miedo, me repugnan. Esas cosas blancas, redondas, sin agujeros… ¿Alguna vez han visto algo más asqueroso
que la yema rota de un huevo rebosando ese líquido amarillo?”. En esos
términos se expresó el cineasta Alfred Hitchcock en una entrevista,
manifestando su fobia irracional y extrema hacia este alimento, también
conocida como ovofobia.
Menos
opciones de elegir tienen quienes padecen alergia a los huevos de gallina, la
alergia alimentaria más frecuente en niños menores de 6 años. La clara suele ser la fuente más
importante de sensibilización y de manifestaciones clínicas, ya que posee hasta
24 glucoproteínas diferentes. De estas proteínas se han identificado la
ovoalbúmina, ovomucoide y ovotransferrina como los alérgenos principales. La yema de huevo es menos alergénica
que la clara, pero contiene las livetinas, que pueden también desencadenar
reacciones alérgicas, sobre todo asma y urticaria.
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