Entre los animales
domésticos, el gato es uno de los que mayor mala fama se ha ganado entre sus
detractores. Traicionero e individualista son las principales acusaciones que
pesan en su contra. Sin embargo, la historia de una gatita estadounidense que
viajó más de 300 kilómetros durante dos meses para regresar a la casa de sus
dueños puede hacer temblar sus argumentos.
El caso de Holly, de
cuatro años, dejó sin explicaciones a los veterinarios, según publica The New
York Times. La gata viajó en noviembre con sus dueños Jack (70) y Bonnie
Richter (63) desde Palm Beach (Florida) hasta Daytona. Allí, asustada por un
show de fuegos artificiales, bajó asustada del auto, salió corriendo y se
perdió.
Jack, que era supervisor
mecánico de aviones, y Bonnie, una enfermera jubilada, esperaron ansiosos que
Holly regresara. Imprimieron volantes con su foto e incluso denunciaron su
pérdida ante las autoridades locales. La búsqueda fue infructuosa y,
resignados, emprendieron la vuelta a casa sin su mascota.
Pese al tiempo y la
distancia, la historia de Holly y los Richter estaba destinada a no terminar
ahí. En vísperas de Año Nuevo, una gatita exhausta se desplomó en el patio de
Barb Mazzola, una mujer que vive a menos de 20 cuadras de los jubilados, en
Palm Beach. Estaba escuálida, deshidratada y con sus uñas gastadas. Era Holly,
que había atravesado 320 kilómetros para regresar a casa, pero el cansancio le
había ganado poco antes de llegar. “Estaba muy flaca y débil. Casi no podía ni
caminar”, contó la mujer en declaraciones que hoy recoge el portal ABC.es.
La gata tenía un microchip
que permitió confirmar que era la mascota de los Richter y así fue que, una vez
recuperada, la llevaron con ellos, 62 días después del desencuentro.
Rápidamente, saltó a los hombros de Jack. Sus dueños, no lo podían creer. Los
veterinarios, tampoco. “Todos los animales tienen sentido de orientación, pero
es muy raro que los gatos encuentren el camino a casa a través de distancias
largas”, afirmó Marty Becker, que fue el profesional que atendió a la mascota.
“Es un milagro”, consideró.
“No tengo la menor idea de
cómo pasó esto”, afirmó en la misma línea el especialista en comportamiento
animal Jackson Galaxy. “Cualquiera que diga que lo sabe, miente. Pero si lo
encuentran, por favor díganme qué fue”, finalizó.
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